El desarrollo científico es, sin duda, uno de los pilares más importantes para el progreso de la civilización. En ese sentido, el trabajo de miles de investigadores a lo largo de la historia ha apuntado a entender, ya sea de manera básica o aplicada, diferentes áreas que tienen directa implicancia en la vida de los seres vivos. Una de estas áreas, es la investigación que se lleva a cabo en materia de vegetales y transgénesis, ítem clave en la alimentación del futuro. Sobre todo, bajo un panorama de cambio climático.

En este camino, se encuentra trabajando la Dra. Claudia Stange, académica e investigadora de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile, quien, a lo largo de su carrera, ha buscado develar diversos misterios de la biología vegetal, siempre agregando una finalidad: que sus investigaciones puedan tener un impacto directo y tangible por la sociedad civil. En ese sentido, y por medio de un trabajo multidimensional, la investigadora ha encontrado en la biotecnología herramientas muy valiosas para la aplicación práctica del conocimiento científico. “Mi línea de investigación básica es sobre la regulación de la síntesis de carotenoides en plantas, en particular en entender por qué la zanahoria produce carotenoides en la raíz de reserva que crece bajo tierra considerando que en el resto de las plantas éstos se producen en zonas de la planta expuesta a la luz”.

Los carotenoides son pigmentos naranjos, rojos o amarillos, precursores de la vitamina A y muy buenos antioxidantes. La regulación de su expresión está dada por la luz en plantas durante la maduración de frutos y flores. “Nosotros nos preguntamos por qué la zanahoria produce los pigmentos en su raíz que no está expuesta a la luz. Esto nos llevó a identificar que este vegetal, generó un sistema donde se expresan genes e inducen procesos activados por luz cuando está sometida a la oscuridad y durante exposición a la luz, esto se reprime. Por otro lado, a nivel biotecnológico, hemos utilizado ese conocimiento para producir mayor cantidad de alimentos con antioxidantes y provitamina A”, señala la académica.

En la actualidad, la Dra. Claudia Stange, está trabajando junto a su equipo, en el contexto de un proyecto Corfo CONTEC con el Consorcio de Biofrutales que busca dar seguimiento a una línea de investigación que persigue aumentar la cantidad de carotenoides en la manzana. “Tener manzanas made in Chile con valor agregado como mayor contenido en vitamina A, antioxidantes y de color anaranjado o rosado, que son requeridos por productores y consumidores, nos potenciaría en el rubro enmarcado en los lineamientos mundiales. En este proyecto usaremos nuevas herramientas de mejoramiento genético (NBT) basadas en edición génica; con estas técnicas no se ingresan genes foráneos como en la transgénesis. Lo que hacemos, es editar los genes que degradan los carotenoides para que, de esta manera, se acumulen los pigmentos y así la pulpa de la manzana tenga una coloración anaranjada o rosada. En el futuro esperamos generar una nueva variedad de manzana más nutritiva, un alimento funcional”, explica.

Por otro lado, y al igual que en la búsqueda de volver más nutritiva a la manzana, la académica pretende utilizar el conocimiento de los carotenoides como una positiva herramienta para el mejoramiento del kiwi, volviéndolo más resistente al estrés abiótico, para que así pueda sortear con mayor éxito, factores como la salinidad y la falta de agua. Todo esto, considerando el acelerado progreso del cambio climático.

“Encontramos en la zanahoria genes que promueven la tolerancia al estrés abiótico. Estos novedosos genes, son factores de transcripción que no han sido muy estudiados. Bajo ese escenario, y gracias a la tesis de doctorado de un alumno, se comprobó que las plantas transgénicas para estos factores de transcripción son más tolerantes a la salinidad y la sequía. De esta forma, estamos transformando plantas de kiwi que podrán ser usadas como patrones o porta injertos tolerantes a estrés abiótico, para que se injerten las variedades comerciales convencionales que darán frutos. La ventaja es que el área de cultivo de kiwi podrá extenderse a zonas más áridas y salinas donde hoy no pueden ser cultivados”, finaliza.

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Periodista: Patricio Grunert Alarcón. ®

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