La ecología nos entrega valiosa información sobre los fenómenos naturales que ocurren en nuestro territorio, y dentro de ese aspecto, son los ecólogos, a través de sus extensas investigaciones, quienes pueden llegar descubrir nuevas especies o determinar, por ejemplo, cómo nos afecta el cambio climático.

Dentro de esta rama del conocimiento, ha trabajado por décadas, el destacado académico de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Dr. Fabián Jaksic, quien, durante las últimas semanas, fue galardonado con la distinción del Premio Nacional de Ciencias Naturales 2018. “Estaba en la terraza de mi casa leyendo el diario y me llamaron por teléfono, no me acordaba que el premio iba a fallarse en esa fecha, por lo que cuando me dijeron que me llamaban desde el ministerio, asumí que era desde la cartera de medio ambiente, con quienes debía tener una reunión durante esos días; sin embargo, en la llamada, me aclararon que la Ministra de Educación quería hablar conmigo para entregarme la buena nueva”, señala el Dr. Jaksic.

En la oportunidad, el destacado Senior Ecologist, llegó a la sala de reuniones de la ministra, donde lo esperaba junto al rector de la Universidad de Chile, Dr. Ennio Vivaldi, el rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile (su lugar de trabajo), Dr. Ignacio Sánchez, el Premio Nacional de Ciencias Naturales del año 2016, Dr. Francisco Rothammer y la presidenta de la Academia Chilena de Ciencias, Dra. María Teresa Ruiz. De ahí en adelante, el propio académico reconoce: “Fue una vorágine de entrevistas y llamadas”.

El Premio Nacional de Ciencias Naturales de este año, se dio bajo la contingencia de alarma que existe en Quintero, producto de la contaminación. Frente a ello, múltiples medios de comunicación le consultaron al Dr. Jaksic su evaluación sobre el tema, opinando sin problemas, debido a su alto conocimiento en aspectos ambientales de todo el país. Para el investigador, es clave que los ecólogos también participen en temas coyunturales entregando su perspectiva y conocimientos. “Los ecólogos somos biólogos, quienes trabajamos en un nivel de organización bastante alto, comenzamos con organismos, poblaciones, comunidades y ecosistemas; y esto se da en un escenario en que gran parte de los biólogos trabajan a nivel molecular, desde genómica hasta transcriptómica, entre otras disciplinas. Si bien, los ecólogos, no nos involucramos en esas áreas, las utilizamos como herramientas moleculares para evaluar problemas en niveles de organizaciones biológicas mayores.  De organismo en adelante”, explica.

El Dr. Jaksic comenta que, dado que la ecología es una rama bastante nueva, en sus inicios, no estaba muy claro su lugar dentro de la biología. Sin embargo, con el tiempo, este panorama ha ido cambiando, y la ecología se ha ido legitimando. “Los ecólogos actuamos como todos los demás científicos, en el sentido de que vivimos de proyectos, publicamos en revistas y somos evaluados por nuestros pares. Sin embargo, hay gente que confunde la ecología con el ecologismo y el ambientalismo, que más bien responden a corrientes ideológicas, ya que no se necesitan pruebas científicas para movilizarse. La ecología no tiene que ver con dogmas, por tanto, la primera cosa que tuvimos que hacer como ecólogos, fue diferenciarnos de los ecologistas o ambientalistas. Son dominios distintos, y tuvimos que clarificar eso ante los colegas, quienes nos respetaron y aceptaros; más aún, premian este año a un científico de la rama ecológica”, acota.

Frente a un escenario de Premios Nacionales predominantemente biomédicos, salvo pocas excepciones, como Mary Kalin, Bernabé Santelices y Nibaldo Bahamonde, el Dr. Fabián Jaksic, pasa a la historia de la ecología nacional, siendo el primer científico-ecólogo en percibir el reconocimiento. “El Premio Nacional de Ciencias, es un reconocimiento a la trayectoria, y tiene que ver, fundamentalmente, con el mérito de hacer ciencia encima de un escenario de financiamiento tan fluctuante como el que entrega Chile. En ese sentido, es cuasi heroico hacer ciencia en nuestro país y, aún más heroico, es hacer ciencia que requiera laboratorio y equipamiento sofisticado, ya que cuesta generar investigaciones de frontera”, enfatiza.

En palabras del académico, el problema de los ecólogos no es tanto el financiamiento de equipamiento sofisticado, sino el mantener estudios de largo plazo, debido a que, en ecología, casi todo varía de acuerdo con los ritmos naturales, y si uno quiere estudiar fenómenos como el Niño, que ocurre cada 6 y 8 años, debiese tener una ventana de estudio de 10 años, frente a un fenómeno que, además, no es predecible. “Es la parte compleja de nuestra ciencia, ya que los estudios ecológicos requieren largos plazos de análisis y observación, al contrario de la biología experimental, en la cual se puede disponer de las condiciones de borde en que se mueve; donde se controlan los parámetros y se generan reacciones. Sin embargo, cuando se trabaja en laboratorios naturales, los parámetros observados no se pueden dominar. Cualquier inclemencia de la naturaleza puede cambiar el transcurso del experimento”, explica.

El Premio Nacional de Ciencias Naturales, considera que, indistinto de la duración de las diferentes investigaciones relacionadas con las diversas áreas de la ciencia, el factor común que atraviesa al universo de investigadores transversalmente es la evidente necesidad que el país eleve su inversión en ciencia. Frente a ello, destaca: “Es interesante generar investigación desde la demanda y no de la oferta espontánea, si no es en la universidad, y dado que no hay institutos de investigación importantes en Chile, tenemos que acudir a la empresa y el Estado”, finaliza.

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Periodista: Patricio Grunert Alarcón. ®

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