Hace algunas semanas, canales de televisión y redes sociales dieron a conocer un video de un agricultor de la Región Metropolitana donde mostraba una avispa que, según sus palabras, era más grande de lo normal. “Son como 3 chaquetas amarillas”, sostuvo. Frente al acontecimiento, se despertó la alarma del Servicio Agrícola Ganadero (SAG); entidad que, luego de estudiar el caso, descartó que la avispa correspondiese a la especie Vespa mandarinia, y si a la especie Vespa orientalis.

“En parte la opinión pública se confundió porque en el mismo momento que se dio a conocer el video del agricultor, apareció la noticia que encontraron un nido o colonia de Vespa mandarinia en el Estado de Washington, Estados Unidos”, explica el Dr. Fabián Jaksic, Premio Nacional de Ciencias Naturales.

La avispa Vespa mandarinia es la más grande del mundo, llegando a medir 4 centímetros de longitud, en tanto que otras avispas, como por ejemplo la “Chaqueta Amarilla”, no alcanza los 2 centímetros. Frente al caso del conocido video, si bien la avispa era más grande de lo normal, no alcanzaba las proporciones, a ojos de expertos, de la Vespa mandarinia; sino de una Vespa orientalis, lo cual es novedoso para el destacado Senior Ecologist, quien además narra la historia de la especie Vespula germanica (Chaqueta Amarilla).

“Se piensa que la especie Vespula germanica llegó a Chile en la década del ´60, arribando en las costas de Valparaíso. Ahora bien, esta avispa no llegó sola, puede que haya llegado en colonia, o bien, llegó una avispa reina fecundada, y eso bastó para generar los números de chaquetas amarillas que tenemos hoy en la actualidad (medio siglo después de su “desembarque”)”, explica el Dr. Jaksic.

Bajo este escenario ecológico, los barcos de carga son grandes responsables de estas invasiones biológicas. Estos gigantes de acero, que navegan miles de kilómetros por diferentes océanos, llevan en su interior miles de contenedores que, no solo tienen en su interior lo que “deben llevar”, sino que, más de algún “polizón”. “Basta que estos barcos que, generalmente provienen de Asia o Europa, contengan en su interior solo una reina avispa fecundada para que forme una colonia. En ese aspecto, y en términos del ingreso de estas especies a nuestro país, cabe destacar que la mayor parte de los barcos traen cerca de 6.500 contenedores; tomando en cuenta que, generalmente hay de 3 a 4 barcos en el Puerto de Valparaíso, podemos encontrar cerca de 20.000 contenedores en una sola bahía de nuestro país”, enfatiza el Premio Nacional.

La fiscalización de estos contenedores es clave; sin embargo, el ¿cómo se revisan? es la pregunta que se debe analizar, ya que, si bien la autoridad sanitaria tiene sus procedimientos, estos no pueden asegurar la revisión del 100% de los contenedores. “Por supuesto que a las entidades fiscalizadoras se les puede arrancar un nido pequeño de avispas en una inmensidad de contenedores, los cuales no vienen vacíos, sino que traen cajas en su interior. De hecho, es casi milagroso que no sigan llegando más de estas especies invasoras”, indica el Dr. Jaksic.

El Profesor Titular de la Facultad de Ciencias Biológicas, explica que estas plagas son muy difíciles de detener de hecho, probablemente, esta pudo haber sido la hoja de ruta de invasión ejecutada por la especie de avispa Vespa orientalis. “La avispa Vespa orientalis es de naturaleza depredadora y lamentablemente, tiene una dieta balanceada de proteína animal y de carbohidratos; por tal motivo, una colonia de abejas es el lugar perfecto para saciar sus requerimientos alimenticios. Estas avispas, se alimentan de las larvas de las abejas y la miel; son muy peligrosas para las colmenas”, profundiza.

Sobre la “Chaqueta amarilla”

La chaqueta amarilla es una avispa muy conocida en Chile, y bajo este aspecto, se han realizado diversos estudios para calcular su impacto ecológico e incluso, económico. “Existe un libro, editado por la Universidad de Chile, donde se hizo una estimación gruesa de cuánto daño ha hecho esta especie a la economía. Para ello se analizó la situación de la Reserva Nacional Río Clarillo. Mucha gente va a realizar parrilladas a esta reserva; sin embargo, cuando hay muchas chaquetas amarillas, basta con sacar un pedazo de carne a la intemperie para que cientos de ellas hagan imposible la estadía, produciendo que las personas se tengan que ir. En ese sentido, el Ministerio de Medio Ambiente hizo un estudio en el cual se calcularon cuántas entradas vendían en tiempos de muchas de estas avispas; se encontraron con que, en época de muchas chaquetas amarillas se vendían pocas entradas y, por el contrario, en época de pocas de estas avispas, existía una mayor cantidad de tickets vendidos”, explica. Por diferencia se puede calcular el costo directo de tener una plaga de avispas en la Reserva.

Por otro lado, el Dr. Jaksic señala que estos insectos son coloniales y cuando tienen que atacar, lo hacen en equipo. Todas las que pertenecen a una colonia son hermanas y provienen de la misma avispa reina que se cruzó una sola vez con un “avispo”, equivalente al zángano en el universo de las abejas. Con esa inseminación, es capaz de dar a luz a una inmensa cantidad de ellas. “Todas las avispas obreras atienden a la madre, pero esto está lejos de ser un acto bondadoso, ya que en el fondo lo único que les interesa de la avispa reina es que tenga más hermanas para ellas, ya que entre más sean, mejor regulan la temperatura en la madriguera, más alimento guardan y más recursos obtienen; la avispa madre es una prisionera de sus hijas, no las dejan salir de su nido”, finaliza el Dr. Jaksic.

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Periodista: Patricio Grunert Alarcón. ®

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